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sábado, 24 de abril de 2010

EL SIGNO DE LA CRUZ

Cecil B. de Mille, fue un polémico pero gran director de cine histórico. No dejaba indiferente a nadie, desde sus detractores que le acusaban de manipular la Historia, hasta sus incondicionales que defendían la espectacularidad de sus películas. Efectivamente, desde sus producciones para el cine mudo como "Rey de Reyes" (1927), hasta la última de ellas aún en nuestro recuerdo "Los diez mandamientos" (1956), pasando por "Sansón y Dalila" (1949) y "Cleopatra" (1934), este cineasta cimentó su obra cinematográfica en la espectacularidad.

"El signo de la cruz", es un antecedente paradigmático de las posteriores películas de romanos y cristianos. Producida en 1932 por la Paramount y con un reparto estelar de la época, nos relata la historia de un amor imposible entre un joven centurión, Marco Soberbio (Frederic March) y una joven cristiana, Mercia (Elissa Landi), en los días siguientes al incendio de Roma por Nerón (un fantástico Charles Laughton). La libidinosa y perversa emperatriz Popea (inolvidable Claudette Colbert), que desea a Marco, interfiere en ese idilio. La trama se inspira en la novela de Henry Sienkiewicz "Quo Vadis?", que años más tarde sería llevada a la pantalla por Mervyn LeRoy.

El argumento de esta película es muy parecido a "Quo Vadis?", no obstante, ambas beben de la misma fuente. Pero lo más interesante fue el escándalo provocado en la época por esta película. En ella aparecen orgías romanas y en especial una escena que hizo saltar las alarmas morales del momento: el famoso baño de Popea (Claudette Colbert) en leche de cabra... Aparte de otras escenas en la arena del circo romano que sobrepasan las posibilidades reales históricas (las amazonas y los pigmeos, el gorila violador, los cocodrilos, etc.). Lo cierto es que todo ello sirvió para que los defensores de la moral americana, mutilasen la película. Hoy, podría contemplarse sin prejuicio alguno hasta en una clase de primaria.














































lunes, 5 de abril de 2010

NOCHE LUGUBRE

Las aventuras del Inspector Dan, casi siempre se inspiraban en los clásicos del terror de la época. "El museo siniestro", tomaba como paradigma "La momia" encarnada por un Boris Karloff, que se adivina en las viñetas de la serie; "La muerte estrella de cine", recreaba las andanzas de Bela Lugosi convertido en Conde Drácula. "Noche Lúgubre", se inspira en el tortuoso personaje del doctor Frankenstein. Un iluminado científico que pretende devolver a la vida a un hombre perfecto compuesto por pedazos de diferentes cadáveres.

En este caso, "Noche Lúgubre" trata de un siniestro científico que utilizando los medios clásicos del doctor Frankenstein, devuelve la vida a unos asesinos ajusticiados y sepultados en un sórdido cementerio de las afueras de Londres, destinado a acoger los cuerpos de los criminales que han sido condenados a la horca. El cementerio de Kadul, es recreado por la maestría de Eugenio Giner, que lo envuelve en un ambiente terrorífico idóneo para el argumento de la serie.

"Noche lúgubre" se publicó en la revista "Pulgarcito" durante los años 1950-1951, en 23 episodios de una página. Algo más de 20 años después, se reeditó en la revista "Bravo", con los típicos arreglos que se introdujeron en dicha publicación, para agrandar las viñetas originales. El desastroso papel de la época (1950-51) y la pésima impresión, me obligan a ofrecer en esta ocasión a los visitantes de esta página, una muestra de ambas ediciones, para que puedan comparar las diferencias existentes entre las mismas.