La novela de Bram Stoker, aparte de la gran cantidad de obras escritas que la han secundado, inspirándose en su malvado personaje, el conde Drácula, ha sido uno de los temas más prolíficos del cine. Infinidad de títulos de películas y series de televisión que hasta hoy en día se prodigan, han adoptado el argumento de estos seres extraordinarios, que son los vampiros. Hoy, vampiros malvados y vampiros "buenos" se alternan en nuestras pantallas.
La película de la Hammer - productora especializada en aquellos tiempos en películas de terror -, aunque invadió nuestros cines en 1958, año en el que la televisión aún era privilegio de unos pocos, tuvo su mérito en ser la primera producción del vampiro Drácula realizada en color. Con una ambientación más que notable y dirigida por la mano maestra de Terence Fisher - especialista del terror - constituye sin duda, la mejor cinta de este terrorífico personaje, superada hoy en día por las nuevas producciones, en cuanto a los efectos fotográficos y especiales, pero no superada en el desarrollo de la trama y en la interpretación de los dos grandes monstruos de este tipo de films, Peter Cushing en el papel del Doctor Van Helsing y Christopher Lee en el del perverso Conde Drácula. Película para ver y revisar, que nos dejará el sabor de aquellas entrañables producciones de aquellos tiempos...
